pluma

domingo, 27 julio 2008. Voy por la calle con mi madre. Me habla de los regalos de Navidad. Dice que milagrosamente acertó con cada uno. A mí me regaló una pluma Mont Blanc. Dice que lo mejor de la pluma es que la primera frase que escriba con ella se cumplirá. Piensa un deseo, escríbelo y se cumplirá, dice. Mi madre sonríe pensando que voy a pedir escribir una gran novela. Me apoyo en una mesa de madera y escribo Que mi madre no se muera nunca.
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Estoy en un teatro al aire libre. Dos chicas cantan. Van desnudas. Un foco proyecta en sus cuerpos distintos estampados y paisajes. El público aplaude enloquecido. Yo no hago más que pensar de qué conozco a una de ellas.