espumillón

martes, 2 septiembre 2008. Llego a la puerta de Carrasquilla con un bebé en los brazos. Lo siento en el escalón del escaparate. Ahí me sentaba yo, le digo a pesar de que sé que no puede entenderme. Dentro de la tienda hay gente haciendo compras con prisa. Mi madre se acerca y me pregunta qué hago allí con ese niño. Le señalo una caja adornada con espumillón y le digo que me gusta mirarla. Mi madre coge al niño y se lo lleva.