bandeja

domingo, 30 noviembre 2008. Daniel llega con su hija Clara y una chica morena muy delgada. La chica se sienta en un rincón, ni siquiera saluda. Clara está muy grande y habla por los codos. Es igual que tú, le digo a Daniel. El camarero nos pone delante una bandeja estrecha de madera donde los vasos sólo caben en fila. Hay cinco vasos de cerveza y dos botellas minúsculas de Coca-cola. Tanto los vasos como las botellas están vacíos. Daniel está muy cansado, se queja de que Marián le hace la vida imposible y no quiere cuidar a la niña. No entiendo de qué me habla, pues Marián no es su mujer ni la madre de Clara. Daniel se va de repente. La chica morena me pone a Clara en los brazos y me dice que cuando llegue la madre de Daniel se la entregue. No entiendo nada, sólo pienso en cómo podría llevarme a casa la bandeja y las botellas de Coca-cola sin que el camarero se dé cuenta.