encapuchados

martes, 18 noviembre 2008. Llaman a la puerta y antes de que pueda mirar quién es, veo a tres encapuchados pasar por la terraza. Cojo el teléfono y me escondo bajo el trinchero. Llamo a la policía, pero salta un contestador. Escapo por una ventana. Los encapuchados me siguen. De la ventana he salido a un paseo marítimo de una ciudad que no reconozco. Pienso que nunca me buscarían en una sauna, así que entro y pido un masaje. Al momento oigo a los encapuchados pedir un masaje también. Me defiendo de ellos lanzándoles cera derretida de las velas perfumadas que invaden el local. Salgo por otra ventana, me siento en una silla de ruedas y me dejo ir por una cuesta muy empinada.