digestión

martes, 30 diciembre 2008. En casa de mis padres han preparado una fiesta. Hay muchos platos en la mesa, sobre todo platos llanos con trozos enormes de helado. No le veo mucho sentido a cenar helado, pero no digo nada. También me extraña que estén allí algunos de mis amigos que viven fuera. Alberto Tesán está sentado junto a Muñoz Quintana. Lleváis jerseys idénticos, les digo. Tesán se levanta muy ofendido y sale del salón. Cuando voy a disculparme está pasando la aspiradora a la alfombra del hall. Mientras mi madre me te en cestos toda la comida que ha sobrado. Hero, el marido de mi hermana, me sirve una copa enorme de vino. Tesán y mi madre luchan conmigo para que no me la beba. Escapo por el pasillo y veo a mi hermana y su marido en el que era mi cuarto, untándose bronceador el uno al otro. No comprendo nada. Andrés, con su hijo Darío en brazos, me dice que están haciendo tiempo para ir a bañarse al mar al amanecer, por eso sólo han comido helados, para hacer antes la digestión. Daniel dice que después traerá a su hija Clara para que la vea. No la vas a reconocer, dice, en tres meses ya es otra persona.