metacrilato y gomaespuma

viernes, 5 junio 2009. Me despierto y Blanco me está mirando. No sé dónde estoy. Le pregunto por qué me mira. Se ríe. Después, casi inmediatamente, me lo encuentro en un pasillo con las paredes de metacrilato. Aparece de golpe, como si fuera una imagen proyectada.
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Un chico muy joven deja sobre un mostrador un bebé envuelto como los rusos atan a sus bebés. Sobre el bebé vuelan un par de moscas. Pienso que el bebé está muerto. El chico se abraza a mí y llora. Lo beso. Su boca parece de gomaespuma.