fuego

jueves, 27 enero 2011. Una casa de dos plantas con un balcón que da al mar y un grupo de personas que no conozco. Entre ellos sólo creo reconocer a Omar. Quiere que hablemos de algo, se sienta retirado de los demás con dos cervezas abiertas. Sé que me está esperando, pero unos y otros me distraen cuando camino hacia él. En la calle hay una fiesta donde de vez en cuando todos se quedan parados como si fueran estatuas. Sólo yo puedo moverme, y es en esos instantes cuando avanzo hacia Omar. Cuando estoy muy cerca, apunto de poder sentarme con él, me veo reflejada en el cristal de una ventana: llevo el pelo muy largo y rizado, estilo afro. Me da tanta vergüenza, que retrocedo sobre mis pasos y vuelvo a la casa. Alguien me dice que el examen es hoy. ¿El examen de qué?, pregunto, pero me empujan hacia arriba por la escalera. Intento encontrar el portátil, mi bolso y todas mis cosas en una habitación muy desordenada. Hay restos de comida y botellas vacías por todas partes. Sobre la mesa hay varias colillas encendidas, colocadas de pie. Pienso que si se caen provocarán un incendio. Dos caen al suelo y, antes de que pueda apagarlas caen al piso de abajo por una ranura. Me asomo al balcón y veo que han caído sobre una pila de revistas. Prenden inmediatamente, las llamas entran por el balcón. Grito fuego varias veces, para que salgan de la casa, pero nadie me hace caso. (Me despierto gritando ¡Fuego!)