corcho de sandía

sábado, 7 mayo 2011. Antonio Banderas y su mujer quieren comprarle un regalo a su hija. Miran ropa en una tienda de Marbella. Voy con ellos y tengo prisa. A cualquier prenda a la que se acercan les digo que es preciosa, para que las compren cuanto antes y nos vayamos. El dependiente, que va vestido de cocinero, les enseña anillos. Me parecen excesivos para una niña, les digo. El cocinero nos da a probar una especie de corcho de color rojo con muy mala pinta. En la boca se deshace, está fresco, sabe a sandía. Dice orgulloso que es el único alimento en el mundo que no engorda y que lo ha inventado él.
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Miro un escaparate de un ultramarinos. Pienso que tiene muy pocas cosas porque van a cerrarlo en breve. Dentro hay un señor muy mayor con pinta de aburrido. Le compraría algo, pero no sé qué. En el escaparate hay paquetes de té de un kilo y galletas inglesas. Pienso que algún día me atreveré a entrar, y me imagino por la calle con caminando con una bolsa que contiene té y galletas. Imaginarme eso mirando el escaparate, me llena de felicidad.