mil topos y un billete roto

miércoles, 25 mayo 2011. Alberto y yo estamos sentados en la terraza de un bar en la calle Dos aceras. Hablamos y nos reímos sin parar de cualquier cosa. Nadie nos sirve y decidimos irnos. Vemos pasar a Tony y otro tipo mayor que se supone es su padre. ¿Dónde irán a esas horas trajeados, con esas guitarras tan grandes y por qué no nos han saludado? No digo nada, pienso que en realidad en las fundas de guitarra llevaban otras cosas y si no nos han saludado es porque tienen una Tenida y no querían dar explicaciones. Alberto lleva una camisa y una chaqueta roja, que en el sueño resulta de lo más elegante. Le pregunto si recuerda dónde estaba la librería de segunda mano. Cuando llegamos a la puerta está en obras. Un tipo me pregunta dónde puede encontrar la revista "Mil topos". Alberto y yo nos miramos y nos reímos a carcajadas.
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Recibo un mail de Fede en el que me cuenta el nuevo libro que está ilustrando. Para responderle, en vez de escribir, le hablo al monitor y las letras se escriben solas.
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Alberto pone su móvil sobre la mesa y me dice que llame a Blanco para quedar en la estación de Kosice. Marco por lo menos veinte números. Alberto se va y alguien responde a mi llamada, pero no es Blanco. Una pareja me habla de su madre, de que la están cuidando, de que están desesperados. Corro a la cocina y pregunto a Alberto quiénes son. Alberto está batiendo huevos en un bol enorme. Octavio y Ana. Corro de nuevo de nuevo hacia el teléfono, ellos siguen hablando. Octavio está contando en esos momentos el último partido del Zaragoza. Mientras lo oigo hablar, busco algo en mi bolso y encuentro mi billete de avión a Bratislava roto en varios pedazos. Me pregunto si aun así me dejaran viajar.