caos

viernes, 4 noviembre 2011. Me despierto sobre una montaña de ropa en la que parece la casa de mi abuela. Los muebles, sin embargo, son los de la casa de mi suegra. Se supone que ha habido una fiesta aunque más bien parece que haya pasado un tornado. En distintas habitaciones encuentro varias chicas que también acaban de despertarse. Les digo que tenemos poco tiempo para limpiar y dejarlo todo en su sitio. Una de ellas usa la aspiradora para recoger calcetines del pasillo, otra se pone a jugar con unas figuras de porcelana sobre la mesa de comedor a pesar de que está cubierta de restos de comida. No sé por dónde empezar a ordenar y limpiar.