agua de peces

lunes, 16 enero 2012. Alberto y yo estamos a la puerta de lo que parece un garaje abandonado. Dos tipos llegan de repente, le digo a Alberto que nos escondamos. Entramos, dentro sólo hay suciedad y algunos muebles viejos. Intento abrir una puerta trasera para escapar. Mientras, Alberto construye algo con hierros viejos y lo coloca detrás de la puerta por si consiguieran entrar. Lo consiguen. Uno de ellos me pone el cañón de una pistola en la cabeza. Hablo con él, como si nada, de lo que se ve por las rendijas de la puerta trasera.
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Tengo que preparar una cena para más de veinte personas, pero sólo hay dos trozos de atún, dos tomates y un aguacate. Encuentro un montón de periódicos y los corto en tiras muy finas para convertirlos en espaguetis. Paralelamente unos tipos preparan una fiesta. Llevan enormes bandejas de comida y perfumes. Le dicen a un chico muy joven (es una mezcla entre Daniel y a Juan) que es hora de vestirse. Antes te pondremos agua de peces, dice uno. Le pido al chico que no se vaya, que sé que en cuanto salga de la habitación sus amigos me matarán. Tengo que irme, no te suicides, dice y se va.