florero

sábado, 31 marzo 2012. Tengo dos niñas pequeñas. No son mis hijas, pero me tratan como si fuera su madre. Sobre todo una, muy sensata. Antes de irse a la cama me abraza y me da las gracias por algo. Yo también le doy las gracias por no pelear nunca con su hermana. Antes de dormir me dice que tenga cuidado, que en la azotea hay gente y pueden entrar por la ventana. Por los rincones de la casa hay objetos que no son míos, pienso que son los objetos de alguien que vivía solo. Por ejemplo, un florero pequeño en forma de tubo para una sola flor. Siento una tristeza enorme.

mujeres

viernes, 30 marzo 2012. Llego a la casa de mis padres. Me saluda una mujer desde el sofá, me habla como si me conociera de toda la vida. Está recostada, lleva un pantalón ancho que parece un pijama, se comporta como si viviera en la casa y la visita fuera yo. Me pregunta por algunos libros de Chivite, que qué me gusta tanto de ellos. Al cabo de un rato llama al alguien por teléfono, se levanta y se va. De repente pienso que era la mujer de Chivite, pero no sé cómo ha llegado a casa de mis padres ni para qué ha venido a verme.
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Voy por la calle, una mujer extranjera me pregunta algo sobre mi bolso. Le digo que los hago yo. Le cuento que usé un pantalón de campana verde de mi madre. La mujer se ríe a carcajadas, exageradamente. Subimos por una ladera que lleva a unas ruinas, pero de repente se acaba el camino y la pendiente resbala. Le digo que no se mueva. La mujer llora. Miro hacia abajo, hay un río. Pienso que no tiene profundidad, pero es la única manera de volver. La mujer llora cada vez más. Salta, le digo, sólo es un sueño, si saltamos despertaré y volverás a tu casa.

barrer

jueves, 29 marzo 2012. Llego a casa de mis padres, la casa no tiene paredes, pero eso no paece que tenga la menor importancia. Mi padre barre su cuarto. Su cuarto suele estar cerrado con llave, ahora no tiene puerta ni paredes, como el resto de la casa. Su cuarto está vacío, lleno de escombros. Me pregunto dónde han ido a parar todas sus cosas, el microscopio, los libros, el caballete, la máscara mortuoria de Beethoven. No digo nada. Me apena verlo barrer. Le digo que me dé la escoba, que ya lo hago yo. Mi padre se sienta sobre unas cajas y me mira. Dice algo, pero no lo oigo bien. Cuando temino de barrer su cuarto, me asomo a la ventana. No hay ventana, sólo una reja que no sé bien de dónde ha salido ni cómo se sostiene. Meto la escoba entre los barrotes y barro unas piedras, intento alejarlas lo más posible de la ventana.

tijuana

martes, 27 marzo 2012. Bajo de un bus. No sé en qué pueblo estoy. Las calles están sin asfaltar, hay charcos y un parque infantil con dos columpios rotos. A lo lejos, sobre un monte, se ve una enorme noria iluminada. Un padre y un hijo también han bajado del bus. Me acerco, les digo si puedo ir con ellos. El padre del niño me presta su PSP. Le digo que no sé jugar, que nunca he jugado. Se lo cuenta al niño sorprendido. Otro tipo que venía en el bus se acerca a nosotros, dice que Tijuana no queda muy lejos. ¿Pero estamos en México?, pregunto. ¿Dónde pensabas que estabas? De repente me doy cuenta de que el niño ha olvidado sus libros en el parque infantil.

días de cine

lunes, 26 marzo 2012. El sueño sucede como una programa de "Días de cine". Imágenes inquietantes de una película con adolescentes rubios muy altos y muy delgados. Una voz en off va contando que el director también es el autor de los libros y que, aunque su segunda película no tenía ningún sentido, en esta última demuestra lo buen escritor que es. Yo a veces veo las imágenes como en la pantalla de un cine, otras desde un punto de pista subjetivo y otras estoy en las escenas. En una de ellas, un chico de pelo muy negro con gafas amenaza desde detrás de la reja de la ventana a una de las chicas rubias, pelea por que lo dejen entrar, la advierte de un peligro, pero todos piensan que miente. Le pregunto a la chica si en algún momento han pensado que él pueda tener razón. En la siguiente imagen el chico tiene los ojos vendados y juegan a la gallinita ciega. La cámara enfoca desde arriba una farola blanca de doscientos metros. Se ve al chico trepar por ella y a los demás, como hormigas, a su alrededor, en silencio observando cómo sube. Nadie le dice que arriba no hay nadie, nadie le advierte del peligro. Cuando está arriba del todo, algunas chicas se han desmayado y cuando baja, tropieza con uno de los cuerpos, lo agarra y dice muy contento: Te encontré.

naranjas

domingo, 25 marzo 2012. Alberto y yo salimos del que fue mi colegio para dar un paseo por el monte. Alberto lleva la camisa en la mano. Le pregunto si no tiene frío porque yo estoy helada. Bajamos por una escalera estrecha cubierta de naranjas y hojas secas. No se ven los escalones. La luz es preciosa. Le digo que he olvidado la cámara, que vuelvo a por ella, pero no encuentro el camino de vuelta, me apoyo en una ramas que parecen coliflores y se me quedan atrapados los pies. Alberto sube rápidamente a ayudarme. Deberías olvidarte alguna vez de hacer fotos para el blog y disfrutar del paisaje, dice.

carrusel

sábado, 24 marzo 2012. Estamos sentados alrededor de una mesa enorme. No conozco a nadie, sólo a Francis que me queda justo enfrente, a unos seis metros. Intento decirle algo, pero no llega a oírme o entiende otra cosa. Me hace un gesto con la mano como para que no diga tonterías. En ese momento alguien nos llama y entramos a una clase enorme con sillas individuales. Todos escriben en papel, yo sólo llevo el portátil e intento no hacer ruido al teclear. Al cabo de un rato, todos recogen y salen a toda prisa. Yo tengo que esperar a que los programas se cierren y me quedo para la última. El portátil resbala y cae al suelo lentamente, como o haría una folio. Me despido y salgo. Un tipo, idéntico al actor Ulrich Mühe, me dice algo amable en un idioma que no llego a entender. Al salir tropiezo y voy dando traspiés por una escalera sin llegar a caerme. Nadie me ayuda. Todos caminan en la misma dirección, van disfrazados. Unos de románticos otros de los años 20. Una chica me pone una diadema con una pluma sobre la frente. Veo a Francis a lo lejos e intento alcanzarlo. Cuando al fin consigo ponerme a su lado, sin dejar de andar, le digo: Carrusel, lo que te decía era carrusel.
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Mi madre camina hacia la casa de mi abuela. Intento alcanzarla. Lleva una bolsa en la mano, Le digo que ya se la llevo yo, aunque no pesa mucho. Le pregunto si comeremos con mi abuela. Dice que no, que todo está en sombra, y se da media vuelta. Me fijo en el jardín, está divido en dos por una red verde. No hay ni un sólo álbol y sin embargo todo está sombró y triste. Desde la acera de enfrente veo cómo mi abuela pone la mesa y mi padre se sienta para comer. Parecen muy tristes. No sé qué hacer, si convencer a mi madre para que nos quedemos con ellos o hablar con ellos para que se vengan con nosotras.

nidos de escombro

viernes, 23 marzo 2012. Juan me llama por teléfono. Dice que ha escrito una canción, la ha enviado a un concurso de la radio y va a sonar en unos momentos. Estoy en una azotea desangelada, en el suelo hay una radio, la pongo. Una chica anuncia la canción, pero la señal no llega bien. Entro en una especie de ático sucio y desordenado, lleno de nidos de ropa y escombros. Alguien llama en ese momento a la puerta. Entre la puerta y el suelo hay un espacio de cinco centímetros. Pienso que no puedo hacer ruido ni encender luces para que nadie sepa que estoy allí. Oigo hablar a una mujer. Le dice a un niño que se siente, que esperarán a que les abran.

autos locos

jueves, 22 marzo 2012. Alberto yo vamos en coche por unas calles que no conocemos. De vez en cuando, como por arte de magia, aparecen contenedores y todo tipo de obstáculos en mitad de la calzada. También, a veces, nos adelantan coches a toda velocidad. Se creerán que esto es una carrera, protesta Alberto. Pienso que es una carrera, pero nadie nos ha avisado. Al cabo de un rato llegamos a un descampado. Un Gordini blanco aparca a unos cuantos metros. Una señora, vestida a la moda de los 60, se acerca hacia nosotros con algo en la mano, muy despacio y en blanco y negro. Pienso que es la madre de Chivite. Pienso que no sabré qué decirle. Pienso que si llego a hablar con ella tal vez interfiera en el futuro y el futuro sea distinto. Me meto en el coche, ella apura el paso. ¡Arranca, vámonos de aquí!, le grito a Alberto.

canción pegadiza

lunes, 19 marzo 2012. Alberto dice que tiene que visitar a su tía, pero le da pena no visitar a una amiga de su madre que también está muy mayor. Me pregunta si sería buena idea llevar a la amiga de visita a casa de su tía. Entramos en una casa sin llamar y aparecemos directamente en el comedor. Toda la familia está almorzando. No sé quienes son, pero nos tratan con familiaridad. Imagino parentescos por la forma de las narices de cada uno. Dos chicas que parecen gemelas me preguntan algo sobre su pelo. Lo miro todo como si en realidad no estuviera allí. Dentro de mi cabeza suena todo el tiempo la canción "I'd rather dance with you".

vídeos de señoritas

viernes, 16 marzo 2012. Hay un grupo extraño bailando en la calle. Parece que anuncian un gel para modelar el pelo. Deduzco por el baile y los peinados que hay cuatro tipos de champú y cuatro tipos de gel. Pienso que todo es mentira, que hay que ser muy tonto para creer que algo anunciado así puede ser bueno. Los dejo bailando y llamo con los nudillos a la puerta de una casa. Está abierto, dice alguien. La casa no tiene muebles, sólo algunas sillas de playa rotas y mantas por el suelo. Parece que allí vive la familia de Marcos, su abuela y su padre. La abuela me cuenta que para evitar que su hijo vea vídeos de señoritas desnudas, graba encima culebrones de la televisión. ¡No nota la diferencia!, dice muy contenta. Al fondo de la casa parece que hay una fiesta familiar. Distingo a mi madre, mi hermana, mis tías, mis primas. Ningún hombre. Todas beben unos líquidos de colores con hielo. Al parecer mi prima Elisa compró todos los tipos de gel para el pelo y se los están bebiendo.

sombrilla y antifaces

miércoles, 14 marzo 2012. Juan y yo vamos en un autobús. El autobús está lleno de charcos. A pesar de ser de noche, vamos vestidos y equipados para la playa. Juan lleva unos bermudas de flores y yo un pareo. Cargamos con bolsas de rafia y sillas plegables. Parece que llueve, dice Juan. Pues dentro del bus también, respondo. Al fondo del bus veo a mi madre con una sombrilla. Pienso que quizá quiera darme una sorpresa, así que me encojo para que no me vea hasta que lleguemos a la playa.
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El presentador de "La semana más larga, Manu Sánchez, nos recibe en su casa. Parece muy contento, nos abraza, me dice: Leo tus cosas, eres mi ídola. Me fijo que en la cocina, detrás de la puerta, en vez de tener un delantal, tiene antifaces y disfraces para el carnaval.

una sola cuerda

martes, 13 marzo 2012. Tengo que cantar en un bar. Al parecer he escrito la letra de una canción que ha tenido mucho éxito. Miro el bar desde fuera.. Sr. Chinarro me ve y sale a saludarme. Le digo que no podré hacerlo, que no seré capaz de cantar y tocar la guitarra a la vez. Me aconseja. Haz como yo, dice, cuando tengo que tocar en directo uso un sólo dedo y una sola cuerda.

planes tontos y cordones verdes

lunes, 12 marzo 2012. Juan y yo estamos sentados en el suelo de un supermercado, entre palés de conservas. Hacemos planes, planes tontos, como decir que algún día sacaremos juntos al perro o iremos a ver las obras del metro.
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Eski hace equilibrios en las cuerdas de tender de la casa de mis padres. Lo veo desde el dormitorio de mi hermana. Le digo que tenga cuidado, que puede caerse. Dice que sólo ha subido para comprobar que la música de su coche no se oye desde mi cuarto. Antes de que pueda decirle nada, cae. Me asomo, cae lentamente como lo haría una hola seca. Su padre saca la cabeza por la ventana del piso de abajo. Me cuenta que su hijo le ha puesto cordones verdes a sus zapatos marrones. No comprendo como, en esa situción, puede preocuparse de eso.

tapones de detergente

viernes, 9 marzo 2012. Estoy en un local muy grande y luminoso. En el centro Juan Perro lee poemas al tiempo que hace construcciones con tapones de detergente. A modo de telepredicador, se pasea entre la gente y les toca la cabeza. Pienso que si viene hacia mí y me toca, me desmayaré de emoción. Cuando llega a mi lado toca la cabeza de la chica que está a mi derecha. Aprovecho para decirle muy flojito que su trabajo me emociona hasta el punto de hacerme llorar. Me sonríe y me entrega un tapón verde. Salgo del local emocionada. Unas chicas con bolsas de basura me dicen que debo devolverles el tapón. ¿Por qué? Porque somos las encargadas del reciclaje. Salgo corriendo para que no puedan quitármelo. Las calles están cortadas por culpa de un desfile militar. Dos chicos que también quieren cruzar (y también llevan sus tapones verdes en la mano), me miran y me dicen que vaya con ellos. Corremos por las calles entre soldados que parecen de pega.

el quirófano de los hermanos marx

miércoles, 7 marzo 2012. Entro a un quirófano. Llevo una bata blanca abierta por detrás. Cuando voy a tumbarme en una camilla alguien se me adelanta. No sé qué hacer. Veo entrar a mi amiga Salud con una bata igual a la mía. Entra decidida, se sube a una báscula, se pesa, se mide. El quirófano empieza a llenarse de enfermeras que me van arrinconando. Pienso que, como ella es médico, ya conoce el procedimiento. Yo sigo sin saber qué hacer.

torneo en blanco y negro

lunes, 5 marzo 2012. Llego a una cancha de tenis que hay en una explanada delante de una iglesia. Hay muchos fotógrafos, les hacen fotos a quienes se suponen van a competir. Entre ellos están mi madre y mi tía vestidas con abrigos negros de los años 60. Los fotógrafos les piden que bailen un vals, y ellas bailan. Lo veo todo desde fuera, unos pasos atrás, a veces en color y otras en blanco y negro.

american dad & me

domingo, 4 marzo 2012. Hay una especie de fiesta acuática. No es una piscina, más bien es un terreno abandonado, con un muro, que alguien ha llenado de agua. Hay chicas bailando. Todos parecen divertirse mucho. Alguien dice que hay que darse prisa porque si el agua se va se acaba la fiesta. Efectivamente, al momento, el agua desaparece. El terreno queda seco al momento, tampoco hay chicas, sólo matojos secos pisoteados y basura. Intento salir de allí, pero voy descalza, me cuesta andar.
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Alberto y yo caminamos por un camino de polvo amarillo, el camino va convirtiéndose en una pared de arena prensada. Yo consigo hacer agujeros a puntapiés y subir con facilidad. Le digo a Alberto que use los agujeros que he ido haciendo. Conseguimos subir, cruzar la pared, y llegar al pasillo de casa.
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Soy un dibujo animado. Juego con el protagonista de la serie "American dad" a hacer legos. Cuando terminamos de hacer todas las construcciones probamos varias posturas eróticas.

password

sábado, 3 marzo 2012. Mi padre y yo vamos en un autobús, de pie, hay mucha gente, nos empujan. Pienso que a él nunca le han gustado los autobuses. Intento que nos peguemos lo más posible al fondo. Llegamos a un descampado donde unos policías lanzan fajos de paja a una casa. Alguien dice que tenemos que parar aquello. A un tipo se le ocurre decir una palabra en alto (no recuerdo cuál) y todos los policías dejan lo que están haciendo, sacan unas carracas de juguete y las giran en el aire. Mi padre se queda asombrado. Le explico que cada persona tiene un password y que si alguien lo dice en alto deja de hacer lo que esté haciendo. Seguro que eso lo has aprendido en internet. Me dice.

huevo

jueves, 1 marzo 2012. Antonio intenta convencerme de que no deje de escribir. Mientras él habla, me paseo por la habitación con un huevo en la mano, buscando dónde hay mejor luz para hacerle una foto.