ese gesto

jueves, 24 mayo 2012. Hay una especie de congreso de poetas en un pueblo. Me deslizo por las calles empedradas sin andar, sólo impulsándome sobre dos cristales redondos que hacen de patín. Veo a algunos amigos. Javier, por ejemplo, echa las cartas a un tipo. Llego hasta una sale enorme donde hay una exposición de dibujos de sillas. Algunas tienen tres patas. Andrés dice que lo está pasando muy bien, que ha aprendido mucho. Le digo que no pienso quedarme ni un segundo más, que nada de eso tiene sentido. Vamos a comer algo, dice y se acerca a un stand con pollos. Los pollos llevan una cadenita como si fueran llaveros. Lo ves, aquí todo es mentira, le digo y después le señalo la silla de tres patas. Veo una piedra muy negra y muy brillante en e suelo, la aprieto en el puño. Aparece Marcos. Voy a sacarte de aquí, dice. Se pone a mi lado y coge de la mano suavemente. Me sorprende ese gesto. Gracias, gracias, le repito.