modelo

martes, 21 febrero 2017. Se supone que acabamos de bajar del avión y buscamos una terraza para desayunar. Voy con un grupo de chicas que trabajan como modelos. La calle de los bares está llena de terrazas y todas las mesas ocupadas. Nos dividimos en dos grupos. Entramos en un edificio antiguo. Aglomeración. Nos dejan una habitación para cambiarnos. Les quitan las puertas para vernos desnudas. Protestamos. Nada. Me dan un traje de fiesta con un escote enorme, me rizan el pelo, me maquillan. Me veo desde arriba bailar un tango con una chica rubia. Desde donde me veo pienso que se me nota que no soy modelo. De repente todo es blanco, moderno. Unos chicos le roban la llave de su habitación a una compañera. Se la reclamo.