atila

jueves, 30 marzo 2017. Parecen unos grandes almacenes muy desordenados. Las prendas se amontonan en forma de laberinto. Una señora enorme se abre paso. Deja un hueco entre los setos de ropa. Me recuerda a los dibujos animados que huyen dejando su silueta en una pared. Me río. Aprovecho para ir tras sus pasos. La señora se vuelve. Disimulo mirando unas prendas mientras ella me mira insistentemente. Pienso en Atila. Vuelvo a reírme. Logro salir del caos, busco a Alberto. Pasillos estrechos muy blancos. Nada ni nadie. A lo lejos, veo su silueta a través de un cristal translúcido. Cuando estoy más cerca veo que la silueta fuma. No es él, pienso. Miro los pasillos, todos son iguales, no sé por dónde vine, no sé por dónde volver.