el señor de los ajos

jueves, 30 noviembre 2017. Un hombre que vende dientes de ajo me espera en una azotea. Se supone que estuvo en una de mis lecturas de poemas y quiere felicitarme. Me acerco. A su lado una chica lava la cabeza de un hombre con el pelo largo muy blanco. Es el alcalde, que también quiere saludarla, dice el señor de los ajos señalando al tipo que se deja masajear la cabeza con los ojos cerrados.

conversaciones

lunes, 27 noviembre 2018. Salgo de un bar con Salud. Javier va delante de nosotras hablando con su madre. Me gusta oírlos hablar. Es una de esas conversaciones triviales, donde se ve el amor y la confianza que hay entre dos personas. Él le dice que nunca había comido gallo. Ella le responde que, si le ha gustado, mañana mismo irá a la pescadería para hacérselo en casa. Llego sola a un callejón oscuro. Algo me cae en el hombro y miro hacia arriba. Se inicia una conversación algo absurda: ¿Qué miras? nada, me ha caído algo. Yo no he sido. Vale. Estoy tendiendo ropa (la mujer usa su móvil como linterna y enfoca unas toallas con dibujos infantiles). Vale, no pasa nada. Es que ha llovido. Ya. Se me habrá soltado una pinza. Bueno, a todos nos pasa. Te he escupido. (No digo nada). Me estaba lavando los dientes y he escupido a la calle. (No digo nada). Lo siento mucho (la mujer llora). No pasa nada, olvídate. La mujer baja a la calle acompañada por un montón de niños, se sienta en el portal de su casa que, de repente, es una tienda de lámparas. Tenemos que vernos más, me dice desde el escalón rodeada de niños. (No digo nada).

cascabel

sábado, 25 noviembre 2017. Llego a un bar-kiosco-carromato de madera. La gente se agolpa frente al mostrador. Veo a Camilo en primera fila. Los que van llegando lo aplastan. Entrega un vale al tipo del bar que le permitirá no hacer cola y tener pagados todos los desayunos de la semana. Noto que no se encuentra bien. Me acerco como puedo entre la masa de gente. Le digo a un tipo que me ayude. Lo tumbamos en el suelo, está inconsciente. Le abrimos la camisa, le paso la mano por la frente, le digo que respire despacio. Poco a poco recobra el color. ¿Todavía llevas el cascabel?, pregunta. Miro al tipo y le digo: Creo que ya está totalmente recuperado.

b&b

viernes, 24 noviembre 2017. Parece que he hecho amigos nuevos. Se graban entre ellos, hace bromas, comienzan a hacerme preguntas y me graban cuando creen que he bebido. Me enfado muchísimo. Alguien me ofrece un yogur de aguacate para hacer las paces. Al abrirlo está vacío. Se ríen. Me dan un bol de tapioca, se me cae al suelo, lo recojo con las manos y al echarlo a un cubo de basura veo que hay ropa. Es mía, han tirado una chaqueta y otras prendas. Todo es extremadamente triste.
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Un grupo de chicas hablan de ir al cine. Yo les hablo de aprender ballet, camino de puntillas por la calle. Llegamos a casa de Rosamari. Están haciendo obra para poner un B&B. Cada habitación llevará el nombre de una escritora. Me tumbo en el asfalto. Un chico mitad Juanito, mitad Hugo se tumba a mi lado.

flechas de chocolate blanco envenenadas

miércoles, 22 noviembre 2017. Un tipo me persigue. Me escondo en una casa. Cuando intento cerrar la puerta él empuja desde fuera. Comienza a romperla con un hacha enorme. Es conocido de la familia. Cuando estamos todos reunidos, les cuento lo que me hizo. Nadie me cree salvo mi hermana que me da un papel con números de teléfono. Son psicólogos, me aclara. (Me despierto muy agobiada. Vuelvo a dormirme). De nuevo el mismo tipo, pero con un compinche, nos acorralan a Alberto y a mí en un centro comercial. Levanto una mesa como si no pesara nada y la coloco patas arriba delante de Alberto como parapeto. El compinche me lanza diminutas flechas que se me clavan en el brazo. Dice que son láminas de chocolate blanco envenenado, que no dejarán rastro cuando se deshagan con el calor de mi piel.

pantalones de escamas

lunes, 20 noviembre 2017. Parecen unos grandes almacenes de segunda mano. Alberto camina muy rápido delante de mí, como si supiera exactamente lo que busca. Tengo sensación de déjà-vu cuando me cruzo con una señora muy vieja que rebusca entre bolsos de tela y unas monjas que pelean por unas maltas tan grandes como ellas. Llegamos a la sección de pantalones. No queda ninguno. Alberto me mira con cara de "te lo dije". Un hombre muestra un pantalón de campana muy feo con estampado de escamas amarillas. Dice que pagará dos millones de pesetas a quien le encuentre unos iguales. Pienso que quizá hemos viajado en el tiempo. Una chica me da unas monedas inglesas, tiene prisa, dice que la llame por la noche para contarle cómo termina la historia del pantalón. Se las devuelvo. Le digo al hombre que busque en imágenes de Google describiendo el pantalón y seguro que aparecen varios parecidos. No veo a Alberto. Mientras busco la salida me cruzo con unas monjas que tallan figuritas de madera. Pregunto qué animalitos tienen. Una de ellas me pone la mano en el hombro y comienza a contarme la historia de la Alhambra. Dice que fue descubierta por una mujer. Quiero irme de allí. Corro por una calle empedrada hasta llegar a un descampado. Alberto me espera junto al coche. Ni pantalones ni animalitos, le digo muy sonriente.

buzones

domingo, 19 noviembre 2017. Llego a mi antigua casa en calle Salitre. Madrugada, pero el portal está encendido porque han puesto una papelería de guardia algo caótica en el portal. Las cajas con artículos pasados de moda se amontonan al lado derecho. A la izquierda están los buzones. Ahora son cajas fuertes negras de hierro iguales a las de los dibujos animados. La mía tiene la puerta rota y abierta. Todavía lleva mi nombre. Está llena de propaganda y sobres abiertos. Incluso envoltorios de magdalenas y pastelitos. Parece que la hayan estado usando de papelera. Pregunto al chico que lleva la papelería si le han dejado algo para mí. Sin dejar de trabajar y sin mirarme, señala una caja en el suelo donde hay un montón de sobres acolchados muy viejos.

fregona

sábado, 18 noviembre 2017. Al parecer he inventado una fregona circular. Es un aro que al presionarlo sobre el suelo limpia sin necesidad de tiras de tela ni algodón. Se lo explico a alguien varias veces. Como parece no entenderme o llevarme la contraria, le doy una bofetada.

inventos

viernes, 17 noviembre 2017. Alguien le pregunta a Alberto cómo está su hija. Él le dice que acaba de enviarle dinero para que puedan operarla. No sé de qué hija hablan. Al parecer tiene una hija siria de tres años a la que nunca ha visto.
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Escribo una novela en un ordenador que acabo de inventar: Unas cuartillas con mi avatar en la esquina izquierda. Cuando le paso el dedo por encima, cambio de fuente, etc. No está perfeccionado, pienso, porque al cambiar el tamaño de letra algunas frases quedan en el revés de las cuartillas. 

cachorro

jueves, 16 noviembre 2017. Chari está muy triste. Hay mucha gente alrededor. La meto en el bolso como si fuera un cachorro. La consuelo.

patrones

miércoles, 15 noviembre 2017. Llego a la casa de mi abuela. Mis tías cortan tela sobre la mesa del comedor para hacer pijamas. Comienzan a criticar el jersey que llevo puesto (me queda enorme, está mal tejido, es bastante feo). Sé que el jersey es horrible, pero cuanto más lo critican más lo defiendo. Mi madre no dice nada. Les pongo de ejemplo el bolso de mi madre (es viejo y está roto, pero le encanta). Lo señalo. Mi madre sonríe tímidamente. Es un bolso nuevo.

piscina de bebés

martes, 14 noviembre 2017. Alberto, Francis y yo compartimos habitación de hotel. Hay una cama enorme donde podemos dormir sin rozarnos siquiera. La ventana da a un jardín. Me despierto de madrugada, no sé qué hora es y enciendo la tele. El volumen está altísimo y no soy capaz de bajarlo. Se enciende sola una radio, también a todo volumen, que despierta a todos los demás clientes. Se arremolinan junto a la ventana, nos insultan. Desenchufo la tele y la radio. De repente es de día y todos los que antes nos gritaban por la ventana corren a la piscina. Cuando me acerco a pedirles disculpas, veo que la piscina no está llena de agua sino de bebés.

gomaespuma

lunes, 13 noviembre 2017. Subo por Fuente Olletas. Me cruzo con familias de cinco y seis hijos con ropa deportiva, todos a juego. Al llegar a una explanada, alguien me dice que es mi turno. No entiendo nada. Una chica gorda y muy bajita dice que tiene el récord, que va a ganarme. Me encojo de hombros. Al ver mi indiferencia se echa a llorar. Dice que sólo tiene bueno el arranque, pero que después cae. Nos llevan a la pista para correr. La pista es una rampa de gomaespuma. Corremos, los pies se nos hunden, caemos de rodillas, seguimos subiendo arañando la gomaespuma con las uñas.

bienaventuranzas

domingo, 12 noviembre 2017. Estoy en la sala de espera del oculista porque me ha salido un bulto en el ojo derecho. La sala de espera se convierte en una sala de conciertos. A mi lado hay un chico con un Do-re-mí celeste como el que tenía de niña. Le digo que suba al escenario y toque algo. Toca con varios chicos más. La sala se llena, todos bailan y aplauden. Cuando terminan, dice que me acompañará a casa. Por el camino le pido que me explique "Las bienaventuranzas".

teatro

viernes, 10 noviembre 2017. Tengo que leer poemas en un salón de actos enorme. Me fijo en que no hay techo, pasan nubes y pienso que en cualquier momento puede empezar a llover. Ferran se sienta al fondo del escenario y comienza a decir unas palabras a modo de presentación, pero el público todavía no está en sus asientos y charlan unos con otros.  Miro a Paula como diciendo: ¿Qué hacemos? Paula le quita un micrófono a un chico y me lo da. Estoy al borde del escenario, que está altísimo. El micrófono no funciona y al abrir el libro no hay poemas, todo está en blanco. Alguien del público levanta la mano y dice que no entiende qué hacemos en el escenario, que han venido a ver una obra de teatro.

camarote

jueves, 9 noviembre 2017. Se supone que estoy en un camarote, pero desde la ventana veo un bloque de pisos en la acera de enfrente. La ventana tiene una persiana de madera muy vieja. Comienza a llover, y el suelo, también de madera, se levanta. El camarote tiene dos puertas. Una da a un pasillo enmoquetado y la otra a un cuarto de baño. Al parecer, el cuarto de baño pertenece a otro camarote. Tengo que arreglarme y no sé dónde ducharme. Llego tarde a algún sitio. Empieza a entrar gente, se supone que están esperándome. No quiero ir, no quiero ir, me repito mentalmente.

aro

lunes, 6 noviembre 2017. Van a proyectar un documental sobre alguien que está en la sala. La sala es un jardín con sillas de tijera. Parece que el protagonista es un niño. Una señora me enseña algo que tiene bajo la piel de la mano. Es un aro pequeño. Puede moverlo de un lado a otro. Dice que no puede operarse porque necesita usar las manos para cuidar de su madre.

f

domingo, 5 noviembre 2017. Hay mucha gente en casa de mis padres, la mayoría desconocidos, pero no parece una fiesta. Intento escabullirme, paso sin saludar al que era mi cuarto. Mi madre viene detrás, agitada. Busca los libros de Fonollosa que tengas y dáselos, o no se irán nunca, dice. Los libros están en cajones, ordenados alfabéticamente. Falta la efe, le digo. No se irán nunca, repite ella.

medias de red

viernes, 3 noviembre 2017. Una chica me habla de medias. Medias de red con topos como las que lleva Julia Roberts en el anuncio. Mientras, una niña vestida de gitana sube por una escalera alicatada con baldosas sevillanas. Según sube los escalones se mueven hacia delante hasta desaparecer, convirtiendo la escalera en una pared por donde la niña resbala. Para no caer se agarra a las medias de red de la chica.

al vuelo

miércoles, 1 noviembre 2017. Se me cae el móvil y rueda como una pelota hacia la barandilla de la terraza. Como no me da tiempo a cogerlo le echo el pie. Voy en calcetines. Está justo en el borde. El más mínimo movimiento hará que caiga al vacío. Le digo a Alberto que se acerque, que es muy urgente. Me mira, gesto de que espere un momento, y se pone a quitarle hojas secas a los geranios. Tampoco puedo hablar mucho ni muy fuerte porque el móvil empieza a resbalar. Ven ya, le digo. Nada. Me da tiempo a pensar que si cae tampoco pasa nada porque es un móvil muy barato, lo malo será que le caiga a alguien en la cabeza (como cuando cayó la iguana). En el momento en el que va a resbalar definitivamente, aparecen Emilio Aragón (hijo) y Kunal Nayyar (Raj, en "Big Bang Theory". Uno me sostiene a mí que también estoy a punto de caer, y otro atrapa el móvil al vuelo. Le digo a Alberto que a partir de ahora no dormiré a su lado, que entre él y yo dormirá Raj.