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domingo, 5 noviembre 2017. Hay mucha gente en casa de mis padres, la mayoría desconocidos, pero no parece una fiesta. Intento escabullirme, paso sin saludar al que era mi cuarto. Mi madre viene detrás, agitada. Busca los libros de Fonollosa que tengas y dáselos, o no se irán nunca, dice. Los libros están en cajones, ordenados alfabéticamente. Falta la efe, le digo. No se irán nunca, repite ella.