caracoles a la piedra

viernes, 12 enero 2018. Un tipo y yo buscamos el encuadre perfecto para grabar algo en el portal de la casa de mis padres. Lleva un abrigo negro largo. Se parece a Gert Fröbe en la película El cebo. La calle está en obras, hay un agujero enorme donde alguien ha colocado piedras. Esa parece un hueso, le digo. Nos acercamos. No me atrevo a tocarlas. Él las va separando del montón. Debajo hay cáscaras de caracoles, como si alguien los hubiera cocinado y comido allí mismo. Tenemos que irnos. Elige la que parece un hueso y me la da. Es muy pesada y no quiero cargar con ella. Le digo que la dejaré en el buzón de mis padres y la recogeremos ala vuelta. El buzón es largo y muy profundo. Al fondo hay una bombilla azul encendida. Al dejar la piedra me raspo la mano con los bordes metálicos.